domingo, 5 de agosto de 2012

   

                                                            RESILENCIA

Resiliencia

Resiliencia (del verbo latino resilio, resilire: «saltar hacia atrás, rebotar») tiene varios signficados según el contexto:
En ingeniería, la resiliencia es una magnitud que cuantifica la cantidad de energía por unidad de volumen que almacena un material al deformarse elásticamente debido a una tensión aplicada;
En sistemas tecnológicos, la resiliencia es la capacidad de un sistema de soportar y recuperarse ante desastres y perturbaciones;
En ecología, la resiliencia es la capacidad de las comunidades de soportar perturbaciones;
En psicología, la resiliencia es la capacidad de las personas o grupos de sobreponerse al dolor emocional para continuar con su vida;
En derecho, la resiliencia jurídica es la capacidad de las personas, dentro del marco general de los derechos humanos, de recuperar su estado original de libertad, igualdad, inocencia, etc. después de haber sido sometido a las acciones de fuerza del Estado.1

Se ha incluido la palabra Resiliencia en los avances de la 23ª edición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española.





Quizá....la palabra, la actitud, que mas rescato, de este CAMINO ...resiliente.
Poco oída. Nosotros sabemos de lo que se trata. 
Por suerte , ya empieza a sonar.....
Dice el diario La Nación....

" Cuando caemos en el pozo tenemos la posibilidad de saltar y rebotar. Así como los metales más rígidos tienen la capacidad de recuperar su estructura luego de la fundición o deformación, todos tenemos la posibilidad de volver a nuestro estado original.

Esto es ser (o estar) resiliente: saltar hacia atrás, volver a empezar, sobreponernos a cualquier situación traumática de la vida.

Aunque el dolor no nos permita ver el sol, lo dicen las investigaciones, todos podemos poner en juego la fortaleza suficiente como para salir fortalecidos de las más diversas crisis vitales. Claro que no todos tenemos los mismos recursos, los mismos niveles de tolerancia al dolor ni la misma dosis de actitud para pelearle a aquello que, sea lo que sea, nos ha hecho sentir mal.

La resiliencia es una capacidad innata, pero, ante todo, se aprende y se enseña. Muchas veces evitamos que nuestros hijos tengan que atravesar hasta el dolor más simple. De lo que se trata, así como les enseñamos a atar los cordones de las zapatillas, es de ofrecerles los recursos mínimos y necesarios para que descubran la vida por sí mismos.

Alcanza con generar un clima de convivencia en libertad y solidez emocional, ofrecer una crianza de apego seguro desde los primeros minutos de vida, saber poner límites saludables y positivos, cultivar cada día la creatividad, el compromiso y la aceptación.

Si bien algo habrá cambiado o nada será igual después de atravesar una instancia indeseable, es entender a la crisis como oportunidad. Incluso, encontrarle el sentido al trauma; saber aprovechar los conflictos para crecer; entender la enfermedad como camino; a la muerte, como algo inevitable y al duelo, como el proceso indiscutible y necesario.

Desde ya que no está demás saber pedir ayuda cuando nos desborda el shock inicial de una mala noticia, cuando la angustia y el dolor se extiende en el tiempo o cuando creemos que nunca podremos salir del corazón del laberinto.

Así como hay un tiempo de lágrimas, siempre hay un momento para salir, resignificar, sanar, reconstruir e, incluso, en muchos casos, sacar provecho de la situación.

¿Cuántas veces nos hemos encontrado sin saber qué hacer ni cómo seguir? ¿Cuántas veces nos hemos descubierto absolutamente dependientes de los otros? ¿Cuántas veces nos hubiera gustado tener la actitud de los otros para zafar? No es poca cosa tener en claro que después de todas las tormentas sale el sol y que aunque no lo veamos, el sol siempre está.

¿Vas a perder la posibilidad de abrir las ventanas?.

http://www.lanacion.com.ar/1496328-resilencia